PRESENTACIÓN

DISCURSO ACEPTACIÓN PREMIO LOCAL CHAMORRO DAZA

Autoridades. Asistentes. Buenos días a todos.

En primer lugar, felicitar a mis compañeros premiados tan merecidamente todos. A continuación, dar las gracias a la corporación municipal de Huesa por el gran honor con el que me ha distinguido.

Ya lo decía en el primer esbozo de presentación que se nos pidió y me ratifico en ello. Honor por haberse acordado de mí y, además, por concederme un galardón que lleva el nombre del que fuera el ciudadano más ilustre nacido en este pueblo, tan internacional a la vez que patriota y con ese marcado carácter social que le caracterizó.

Y gracias también a la corporación, especialmente por sintonizar conmigo en lo referente a la orfandad histórica que ha caracterizado, y sigue caracterizando aún, al pueblo de Huesa y a la que estamos dispuestos a poner fin. El paso a un nuevo estatus laboral por mi parte propició la posibilidad de poner en marcha un proyecto que rondaba en mi ánimo casi desde que salí de Huesa en la década de los años 60, rumbo al levante español.

Historiador vocacional, veía lo largo del tiempo con cierta envidia, cómo los pueblos vecinos disfrutaban de un pedigrí histórico del que nosotros no podíamos presumir. Me puse como misión intentar corregir este déficit cuando la situación fuera propicia. Así, en agosto de 2017, vio la luz mi libro “Guadiana Menor: El río de Huesa”, que nació como una especie de preludio del que verá la luz próximamente, centrado exclusivamente en la historia de Huesa a través de documentos e investigaciones realizadas en una gran variedad de archivos oficiales de Jaén, Sevilla, Úbeda, Toledo, Quesada, alguna aportación ciudadana y la propia Huesa a la que hay que felicitar por haber tenido la sensibilidad de ordenar y adecuar el archivo municipal, tan necesario, con la colaboración inestimable del Instituto de Estudios Giennenses.

Huesa importa. Con motivo de mi libro he podido comprobar que Huesa importa. Aparte de los distribuidos en papel físico, se han producido más de ocho mil quinientas descargas en formato digital del mismo. Descargas que se han efectuado desde España, lógicamente, pero también de países como Suiza, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania o Italia. Todos receptores de emigrantes en las difíciles épocas de la emigración, y ahora morada de sus descendientes. He recibido también muchas muestras de agradecimiento y emotivos y tiernos mensajes en nombre de mujeres y hombres de avanzada edad a los que se le ha leído el libro y que me han emocionado profundamente.

Son varios años de dedicación que no han hecho otra cosa, a medida que las investigaciones prosperaban, que ratificar mi propósito inicial a la vez que incrementar mi pasión hacia este pueblo y su historia. De figurar como anejo a Quesada, como no podía ser de otra manera, en el Catastro de Ensenada de 1752 o en el Censo de Floridablanca de 1787 a hacerlo ya de pleno derecho en el Diccionario Madoz de 1850 como ente independiente.

Podía haber sido antes pues el 25 de abril de 1822 ya había alcanzado la independencia, pero esta había de ser efímera, hasta el 8 de julio de 1823, leyes retrógradas de efecto retroactivo y la oposición de Quesada dieron al traste con este ancestral deseo de lo hueseños. No sería hasta el 20 de febrero de 1840 cuando se iniciara un nuevo y peleado segundo expediente de segregación que culminará el 8 de febrero de 1847 con la aprobación del mismo por parte de la reina Isabel II. Ese mismo año de 1847, el 1 de mayo, se constituye la primera corporación independiente de la que sería alcalde Ramón Moreno, promotor del segundo expediente junto a varios ciudadanos más de Huesa.

De esta tarea he aprendido mucho tanto en la percepción real e histórica de mi pueblo como de la contribución que mi familia hizo en pro de su emancipación y posterior desarrollo. Antonio García del Río, mi trastatarabuelo, o sea el padre de mi tatarabuelo, estuvo en la génesis del segundo expediente de emancipación. Primer teniente de alcalde de la primera corporación independiente y alcalde en 1848 tras la celebración de las primeras elecciones municipales. Mi tatarabuelo Jerónimo, igualmente, teniente de alcalde y concejal en varias legislaturas. Así sucesivamente con mi bisabuelo. Es anecdótico, pero es historia.

Cuando llegue el momento, cuando conozcan los nombres de las personas que, en las primeras décadas de andadura municipal, ostentaron la responsabilidad de gobernar, muchos ciudadanos de Huesa podrán identificar a sus antepasados. Esto también es historia. Esto, además, es necesario e importante que se conozca, porque un pueblo necesita saber de dónde viene y cómo se formó.

La prisa no la ponemos nosotros, menos aún las nuevas generaciones. La prisa la ponen las generaciones que son, mejor dicho, somos conscientes que el tiempo es el mejor aliado del olvido, y el olvido el peor aliado de la historia. Que necesitamos saber de dónde venimos y qué pasó con este o aquél, en estas o aquellas fechas, con esta o aquella circunstancia. Saber cómo actuamos en este o aquel hecho histórico de los muchos que nos ha tocado vivir. Porque nuestro tiempo se acaba, además de forma vertiginosa. Desde las escuelas, los institutos y cualquier centro docente, que son la sociedad del futuro, se debe impregnar esta conciencia de afirmación propia que fundamente el orgullo de pertenencia. Porque así, posiblemente, seremos más firmes y seguros en nuestros deseos y veremos más claro nuestro futuro y tendremos la sensibilidad de recopilar para la posteridad conocimientos, hechos o historias que corren un gran riesgo de desaparición. ¡Qué pena no haber tenido, en épocas pasadas de oscurantismo, un cronista local que se hubiera hecho eco de lo acontecido a través de los propios ciudadanos, que hubiera sido el notario social de cada época!

Esta es una labor que nos concierne a todos y es perfectamente compatible con cualquier ley educativa de las muchas que nos imponen so pretextos constitucionales. Porque no son políticas, son, sencillamente el acervo popular.

Por razones obvias no se celebró el primer centenario de nuestra independencia en 1947. La posguerra y la situación política no ayudaban. Tampoco hubo alusión alguna a los 150 años en 1997. ¿Razones? Apatía, ignorancia. ¡Qué más da! ¿Se celebrará el bicentenario en 2047? Lo dudo si no corregimos ahora, ya, esta variable en el tiempo que nos permita poner las bases para que la sensibilidad imperante en los días de ese segundo centenario se haya forjado sobre las bases de nuestra historia.

En eso estamos y espero y confío en que se conseguirá con el esfuerzo de todos. Muchas gracias.

Francisco García del Río Molina.

Huesa, 14 de agosto de 2021. Casa de la Cultura.

 

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